Encuentro muy difícil evaluar un partido como el México
contra Honduras, por dos condicionantes que definieron lo mostrado en la
cancha. Pero aun con estas considero que la propuesta del técnico nacional fue
la adecuada, sin tomar el resultado en cuenta.
La primera variable es el pasto del estadio San Pedro Sula,
no es que los jugadores (hondureños y mexicanos) sean lentos o perdieron
velocidad, si no que la altura cesped lastra la movilidad de los jugadores, lo
cual se nota al observar que tanto se hunde el botín en el verde; esto
imposibilita dos cosas, el juego a ras de pasto, ya que el balón se detiene, lo
que obliga a utilizar balones en largo; y dificulta la movilidad de los
jugadores para realizar cualquier movimiento en velocidad.
La segunda fue la propuesta de los hondureños que no
salieron a jugar futbol, se limitaron a tirar patadas a los seleccionados
nuestros, con esto más el césped era imposible jugar algo a lo que pudiéramos
llamar fútbol. Honduras regreso a las épocas de la pelota “cuadrada”.
Teniendo en mente que la única manera de avanzar en la
cancha eran los balones en largo; salir a presionar, con una línea defensiva
elevada, como lo dictan los cánones del buen futbol seria un suicidio; motivo
por el cual se optó por una línea retrasada, lo segundo que ocupas para en
estas condiciones son hombres atléticos con buen juego aéreo, por lo que la
única opción era adaptar a Alanís en el carril izquierdo por la lesión de
Torres Nilo; cambiar a Layún de banda e ingresar a Raúl López no era opción,
porque se perdería esa competencia en el juego aéreo.
Lo segundo, ¿cómo vamos a atacar?, como lo mencione seria un
suicidio salir a tocar el balón en esas condiciones, el equipo mexicano se
adaptó a utilizar balones largos al nueve, pero con idea y estrategia, Raúl
Jiménez fue colocado como puntero derecho, para realizar una función de pivote
y recibir esos balones, ¿porque por derecha? porque en esa zona se encuentra el
defensor más endeble en el juego aéreo de Honduras, Izaguirre.
Como podemos ver todos los cambios en el planteamiento de
partido a partido, tiene una lógica, un porqué, ya el resultado es la cereza
del pastel.
Diagnosticar los cambios de jugadores al segundo tiempo como
buenos, seria muy fácil, debido a que tuvieron la fortuna de dar los goles del
triunfo y sepultar anímicamente al rival. Pero para realizarlos los mexicanos
que entraron debieron realizar una proeza técnica, impresionante, lo cual
siempre es de destacar, sobretodo el segundo gol el de Jürgen Damm (¿¡Porque no
hiciste lo mismo en el Monumental?!)
Con este panorama la selección mexicana suma 6 puntos, gana
el partido más difícil del cuadrangular y se encamina para calificar
“caminando” al hexagonal.
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